Desempleo: La destrucción del trabajo bajo el pretexto del “sobrecosto”
Otra Mirada. Una de las consecuencias más importantes de estos veinte años de neoliberalismo en el Perú ha sido la destrucción de buena parte de los puestos de trabajo formal existentes y la incapacidad del modelo para crear nuevos.Las cifras son abrumadoras, para los expertos más optimistas el 75% de la PEA es informal y el 52% está sub empleada.
Todo esto sucede luego de dos décadas con el mismo modelo económico y ocho años de crecimiento a tasas sorprendentes incluso a nivel internacional. Definitivamente a los que mandan no les interesa el trabajo, ni crear nuevos empleos y mucho menos empleo con derechos, de acuerdo a los estándares mínimos que señala la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
No solo ha sido una destrucción material del empleo y una represión frontal contra las organizaciones de los trabajadores sino un ataque ideológico masivo contra el valor del trabajo, la importancia de la organización sindical y la dignidad de los trabajadores. Esta satanización ha llevado a calificar los derechos laborales como “sobrecostos” empresariales, que constituirían una carga para los empresarios que afectaría su productividad.. Se ha construido así un enfoque exactamente contrario al que llevó a la modernidad a los países desarrollados, en los que el empleo con derechos ha sido uno de los pilares para alcanzar una sociedad integrada y una democracia en la que todos se reconocen como ciudadanos. Es más, en un momento de crisis capitalista en el primer mundo vemos como en Francia son los trabajadores con derechos los que lideran a la sociedad para defender la civilización de las propuestas de capitalismo salvaje que pretenden regimentarla.
No debemos olvidar que esta contrarreforma laboral ocurrió en el Perú en las condiciones de la dictadura de Fujimori y Montesinos quienes aprovechando los momentos de ilegalidad absoluta posteriores al golpe del 5 de abril dieron los primeros zarpazos contra los trabajadores. Ello como parte del ajuste económico brutal que los organismos financieros internacionales, Banco Mundial y FMI, así como las grandes empresas, impusieron a la sociedad peruana de la época. Sin embargo, la contrarreforma no fue revertida por la democracia. Ni Toledo ni García honraron sus compromisos de campaña sino, por el contrario, mantuvieron la crítica situación laboral en el Perú.
Es urgente revertir esta situación. Un nuevo modelo de desarrollo que promueva el empleo con derechos, es decir el trabajo decente, debe proponer las necesarias reformas legales e institucionales que permitan multiplicar los puestos de trabajo, reponer plenamente los derechos a la organización sindical, la negociación colectiva, terminar con el despido arbitrario y restituir el papel que le toca al Estado en equilibrar la relación entre los empresarios y los trabajadores. Como en otros casos, este empeño supone desde reformas constitucionales hasta reglamentarias, que debemos acometer con la mayor energía. La razón: la política social más importante, la que tiene mayor efecto en la lucha contra la desigualdad y por la erradicación de la pobreza es la política de trabajo decente. Ella es la que permite ciudadanos con la autonomía necesaria para tomar el destino en sus manos.
Todo esto sucede luego de dos décadas con el mismo modelo económico y ocho años de crecimiento a tasas sorprendentes incluso a nivel internacional. Definitivamente a los que mandan no les interesa el trabajo, ni crear nuevos empleos y mucho menos empleo con derechos, de acuerdo a los estándares mínimos que señala la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
No solo ha sido una destrucción material del empleo y una represión frontal contra las organizaciones de los trabajadores sino un ataque ideológico masivo contra el valor del trabajo, la importancia de la organización sindical y la dignidad de los trabajadores. Esta satanización ha llevado a calificar los derechos laborales como “sobrecostos” empresariales, que constituirían una carga para los empresarios que afectaría su productividad.. Se ha construido así un enfoque exactamente contrario al que llevó a la modernidad a los países desarrollados, en los que el empleo con derechos ha sido uno de los pilares para alcanzar una sociedad integrada y una democracia en la que todos se reconocen como ciudadanos. Es más, en un momento de crisis capitalista en el primer mundo vemos como en Francia son los trabajadores con derechos los que lideran a la sociedad para defender la civilización de las propuestas de capitalismo salvaje que pretenden regimentarla.
No debemos olvidar que esta contrarreforma laboral ocurrió en el Perú en las condiciones de la dictadura de Fujimori y Montesinos quienes aprovechando los momentos de ilegalidad absoluta posteriores al golpe del 5 de abril dieron los primeros zarpazos contra los trabajadores. Ello como parte del ajuste económico brutal que los organismos financieros internacionales, Banco Mundial y FMI, así como las grandes empresas, impusieron a la sociedad peruana de la época. Sin embargo, la contrarreforma no fue revertida por la democracia. Ni Toledo ni García honraron sus compromisos de campaña sino, por el contrario, mantuvieron la crítica situación laboral en el Perú.
Es urgente revertir esta situación. Un nuevo modelo de desarrollo que promueva el empleo con derechos, es decir el trabajo decente, debe proponer las necesarias reformas legales e institucionales que permitan multiplicar los puestos de trabajo, reponer plenamente los derechos a la organización sindical, la negociación colectiva, terminar con el despido arbitrario y restituir el papel que le toca al Estado en equilibrar la relación entre los empresarios y los trabajadores. Como en otros casos, este empeño supone desde reformas constitucionales hasta reglamentarias, que debemos acometer con la mayor energía. La razón: la política social más importante, la que tiene mayor efecto en la lucha contra la desigualdad y por la erradicación de la pobreza es la política de trabajo decente. Ella es la que permite ciudadanos con la autonomía necesaria para tomar el destino en sus manos.
1 Comentário:
El desempleo es el problema que lidera en nuestro pais, por la discriminacion hacia las personas que no tienen estudios y son de la tercera edad.
Para un mayor progreso, deben brindar empleo con los beneficios y derechos que nos corresponden...igualdad para todos!!
gracias...
Publicar un comentario
Tu comentario: