Ya son 128 los muertos por incendios en Australia
Australia vive hoy el incendio forestal más trágico de su historia. Hasta el momento son 128 las personas que han muerto y 100 las desaparecidas debido al voraz incendio que azotan los estados sureños de Victoria y nueva Gales del Sur.
Entre las nuevas víctimas mortales, todas ellas en Victoria, se encuentran cuatro niños, a los que las llamas atraparon en su casa.
Equipos de identificación de cadáveres han comenzado a trabajar en esta localidad para recoger muestras de dientes, huellas dactilares, matrículas de vehículos y bienes personales para identificar los cadáveres calcinados.
Las docenas de focos de fuego han destruido al menos 750 viviendas y han arrasado más de 330.000 hectáreas de bosque y de zonas urbanizadas, y, según los expertos, pasarán semanas antes de que se puedan controlar todos.
La región meridional de Australia llevaba dos semanas con una ola de calor sin precedentes en su historia.
Víctimas podrían aumentar
En este contexto, el primer ministro australiano, Kevin Rudd, señaló a la emisora de televisión Channel Nine, que la cifra de víctimas mortales podría aumentar.
Rudd, visiblemente afectado, explicó que el Ejército apoyará con personal y empleará máquinas excavadoras para construir nuevas líneas de contención y anunció que el Gobierno ha aceptado la ayuda ofrecida por Nueva Zelanda, que enviará a 100 bomberos.
Miles de personas se han quedado sin casa. La Cruz Roja ha acogido a 3.730, según The Australian, y otros centenares esperan en sus coches o en centros comunitarios sin poder volver a sus pueblos, por lo que desconocen el estado de sus familiares y vecinos y si sus casas han sobrevivido a los incendios.
Rudd anunció que el Ejército pondrá 600 tiendas de campaña para la acogida temporal de evacuados y que Centerlink, la oficina de seguridad social australiana, empezará a repartir hoy mismo los fondos de ayuda de urgencia de diez millones de dólares australianos (seis millones de dólares) anunciados ayer para los damnificados.
Entre las nuevas víctimas mortales, todas ellas en Victoria, se encuentran cuatro niños, a los que las llamas atraparon en su casa.
Equipos de identificación de cadáveres han comenzado a trabajar en esta localidad para recoger muestras de dientes, huellas dactilares, matrículas de vehículos y bienes personales para identificar los cadáveres calcinados.
Las docenas de focos de fuego han destruido al menos 750 viviendas y han arrasado más de 330.000 hectáreas de bosque y de zonas urbanizadas, y, según los expertos, pasarán semanas antes de que se puedan controlar todos.
La región meridional de Australia llevaba dos semanas con una ola de calor sin precedentes en su historia.
Víctimas podrían aumentar
En este contexto, el primer ministro australiano, Kevin Rudd, señaló a la emisora de televisión Channel Nine, que la cifra de víctimas mortales podría aumentar.
Rudd, visiblemente afectado, explicó que el Ejército apoyará con personal y empleará máquinas excavadoras para construir nuevas líneas de contención y anunció que el Gobierno ha aceptado la ayuda ofrecida por Nueva Zelanda, que enviará a 100 bomberos.
Miles de personas se han quedado sin casa. La Cruz Roja ha acogido a 3.730, según The Australian, y otros centenares esperan en sus coches o en centros comunitarios sin poder volver a sus pueblos, por lo que desconocen el estado de sus familiares y vecinos y si sus casas han sobrevivido a los incendios.
Rudd anunció que el Ejército pondrá 600 tiendas de campaña para la acogida temporal de evacuados y que Centerlink, la oficina de seguridad social australiana, empezará a repartir hoy mismo los fondos de ayuda de urgencia de diez millones de dólares australianos (seis millones de dólares) anunciados ayer para los damnificados.
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