ALAN GARCIA Y LAS IMCOMPRENSIONES DE UN MENSAJE
El adormecimiento a la que nos sometió el presidente Alan García en su mensaje a la nación por 28 de Julio no sólo estuvo carente de propuestas y falto de ideas, sino que además se dedicó a vaticinar en una suerte de mago medieval, datos y cifras que en su más entrañable sueño el Perú al mando de sus últimos gobernantes no ha realizado.
Cifras a futuro sin una base que las respalden, por citar, en el plano de la pobreza señalo que para el 2011, fecha en que concluirá su gestión, el porcentaje de la pobreza que según él promedia en un 50%, se reduciría al 30%. Que significaría una reducción del 20%. Lo que no señalo Alan García es que esa cifra corresponde al 2005 y que en realidad el porcentaje de pobreza actual oscila en un 44.5%, según el INEI. Por lo tanto su reducción seria de un 15%. Y volvemos a las farsas dignas de su gestión.
¿Cómo lograrlo? es la pregunta que se hacen los miles de peruanos, si García no señalo los caminos que nos llevarán a tal bonanza macroeconómica. Para el economista Farid Matuk esto seria inalcanzable, por que ello indicaría que el crecimiento económico por año debería ser de un 7% y las cifras en los últimos años no ha superado el 3%. ¿Cómo piensa entonces Alan García superar la valla, si la ruptura social persiste y la pobreza se acuña en la sierra rural y la Amazonía, en no menos de 70%?
Propuestas tras propuestas, recuentos tras recuentos, y el mensaje pareció más una campaña electoral de promesas, que un balance alturado de una gestión presidencial. Y en el que la frustración a un año de su gestión, se vio atiborrada de fracasos y frustraciones por las incumplidas promesas de obras que su partido trazo en un inicio. Como la abolición de los servises, una nueva asamblea constituyente, la renta básica de telefonía, la libre desafiliación de las AFP’s entre otras.
Cifras a futuro sin una base que las respalden, por citar, en el plano de la pobreza señalo que para el 2011, fecha en que concluirá su gestión, el porcentaje de la pobreza que según él promedia en un 50%, se reduciría al 30%. Que significaría una reducción del 20%. Lo que no señalo Alan García es que esa cifra corresponde al 2005 y que en realidad el porcentaje de pobreza actual oscila en un 44.5%, según el INEI. Por lo tanto su reducción seria de un 15%. Y volvemos a las farsas dignas de su gestión.
¿Cómo lograrlo? es la pregunta que se hacen los miles de peruanos, si García no señalo los caminos que nos llevarán a tal bonanza macroeconómica. Para el economista Farid Matuk esto seria inalcanzable, por que ello indicaría que el crecimiento económico por año debería ser de un 7% y las cifras en los últimos años no ha superado el 3%. ¿Cómo piensa entonces Alan García superar la valla, si la ruptura social persiste y la pobreza se acuña en la sierra rural y la Amazonía, en no menos de 70%?
Propuestas tras propuestas, recuentos tras recuentos, y el mensaje pareció más una campaña electoral de promesas, que un balance alturado de una gestión presidencial. Y en el que la frustración a un año de su gestión, se vio atiborrada de fracasos y frustraciones por las incumplidas promesas de obras que su partido trazo en un inicio. Como la abolición de los servises, una nueva asamblea constituyente, la renta básica de telefonía, la libre desafiliación de las AFP’s entre otras.
Más en su discurso, se dedico a pedir disculpas y admitir que en lo que va de su gestión faltó velocidad para anticiparse a los problemas y profundidad para atender el área social, desburocratizando al país. En su oratoria se escucho: "falto profundizar el área social. Hubo impaciencia por hacer e impaciencia en los calificativos".
Tanta impaciencia que adjetivó y que luego lo llevó a pedir disculpas a los “comechados” y mal pagados maestros. Parece ser que el presidente se acordó muy tarde que es hijo de una profesora y que el tema de la crisis de la educación no es solamente responsabilidad de los maestros. Pues en su afán de descalificar en grupo a los docentes, se enclaustra una lucha política e ideológica por hacerse del total dominio del sector público con apoyo de lo medios de comunicación. Tal es el caso del intocable zar Genaro Delgado y su turbador servil medio televisivo. Como revelara en su programa César Hildebrandt, audio donde Genaro increpa a Guerrero por no cumplir con una orden directa de Alan García.
A todo esto como era de conocerse por historia, las omisiones en su discurso abundaron y en temas tan trascendentales, como por ejemplo la extradición de su secuaz amigo Alberto Fujimori, lo que confirma así la alianza que mantiene con el fujimorismo. Así pues su lucha anticorrupción que os prometió descendió impío al olvido y en el más eterno sueño de los justos.
No olvidando claro está, que el denominado pacto social que desea con los actores y las fuerzas sociales es contradictorio por la norma que promulgo hace unas semanas, donde criminaliza las protestas sociales, donde recorta los derechos de la población y de las autoridades regionales. ¿No será más bien un pacto entre el empresariado más reaccionario, los serviles medios de comunicación y su gobierno? Y para hacer honores a su tradición faltaba más repetir la alianza histórica que hizo el APRA con Prado, en este caso con Fujimori.
Tanta impaciencia que adjetivó y que luego lo llevó a pedir disculpas a los “comechados” y mal pagados maestros. Parece ser que el presidente se acordó muy tarde que es hijo de una profesora y que el tema de la crisis de la educación no es solamente responsabilidad de los maestros. Pues en su afán de descalificar en grupo a los docentes, se enclaustra una lucha política e ideológica por hacerse del total dominio del sector público con apoyo de lo medios de comunicación. Tal es el caso del intocable zar Genaro Delgado y su turbador servil medio televisivo. Como revelara en su programa César Hildebrandt, audio donde Genaro increpa a Guerrero por no cumplir con una orden directa de Alan García.
A todo esto como era de conocerse por historia, las omisiones en su discurso abundaron y en temas tan trascendentales, como por ejemplo la extradición de su secuaz amigo Alberto Fujimori, lo que confirma así la alianza que mantiene con el fujimorismo. Así pues su lucha anticorrupción que os prometió descendió impío al olvido y en el más eterno sueño de los justos.
No olvidando claro está, que el denominado pacto social que desea con los actores y las fuerzas sociales es contradictorio por la norma que promulgo hace unas semanas, donde criminaliza las protestas sociales, donde recorta los derechos de la población y de las autoridades regionales. ¿No será más bien un pacto entre el empresariado más reaccionario, los serviles medios de comunicación y su gobierno? Y para hacer honores a su tradición faltaba más repetir la alianza histórica que hizo el APRA con Prado, en este caso con Fujimori.
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