A HUEVAZOS BOTAN AL BROADCASTER DE LA TELEVISIÓN PERUANA
Informe Especial del Diario La Primera sobre este abusador. Muy interezante:
El último zarpazo del magnate
El camión de la basura me deja en el departamento de Genaro Delgado Parker, frente al mar. En la playa las distancias son largas cuando uno no tiene auto, y el chofer del recolector me ofreció su ayuda pues conocía el lugar exacto. Santa María es un exclusivo balneario ubicado en el sur de Lima, y el edificio del broadcaster queda en el Yatch Club donde veleros y yates duermen hasta el verano próximo. Una vieja leyenda retumba en mis oídos mientras voy al encuentro de Delgado Parker: el más célebre fundador de la televisión peruana habla con un aire a Vito Corleone en El Padrino, tiene un séquito de fieles que le rinden pleitesía incondicional y otra legión más grande que lo sigue porque él les debe mucho dinero. Tiene familiares que ya no lo quieren aunque lo recuerdan con nostalgia en sus años locos. Tiene casas y yates en Mallorca y Key Biscane y llegó manejar dos canales de TV sin ser dueño oficial de ninguno; tiene suficientes fondos como para haberle entregado un cuarto de millón de dólares al candidato Alejandro Toledo, y tiene muchos enemigos que solo esperan con ansias la mañana en que el broadcaster deje, por fin y para siempre, de respirar, como un viejo televisor cuya imagen mengua hasta ser un solitario punto de luz que desaparece luego en la negra nulidad. Chiuuub. Pero Genaro existe, hoy más que nunca vive y se mueve y decide cosas y se ha levantado temprano para tomar una ducha, ponerse short y zapatillas y recibirme mansamente, libre de guardaespaldas, efímeramente emancipado de ese vigoroso símbolo de sí mismo que ha creado a través de las décadas. Son días de lucha y Genaro Delgado Paker sale en los medios con frecuencia. Lo he visto en la televisión haciendo la señal de V con los dedos: era un ademán de triunfo agigantado por su metro ochenta de estatura. Festejaba una complicada victoria en la disputa judicial por la administración de Panamericana TV, el canal que fundó en 1959 y la estación en la que descubrió a estrellas internacionales como Jaime Bayly y Laura Bozzo. Antes de encontrarlo esta mañana, me abre la puerta Marcela Vanini, una guapa mujer de pómulos anchos con la que se casó en 1997 y que es treinta años menor que él. Marcela me pide aguardar un momento y se va: aparecerá de rato en rato en escena, como un fantasma escurridizo. El departamento rebosa en colores cálidos, se respira calma y orden. En la sala, hay una mesa de vidrio con base de coral y una concha de cerámica y Marcela vuelve a salir. Hay unos cuantos pocos libros en las repisas, tres huacos que no son eróticos. Al fondo, Marcela va de una habitación a otra mientras sus pantuflas se han quedado en la sala. En la pared hay una placa lustrosa que parece puesta ahí para esperar mejor al personaje: Notable empresario del siglo XX. Hay también fotografías familiares que pierden protagonismo por culpa de un voluminoso pez espada de metro y medio: SAILFISH, CAPTURED BY GENARO DELGADO PARKER. (Y una foto de Genaro riendo con el pez recién muerto, caliente). Más placas. Debajo del pez espada hay una espada de verdad. La espada está desenvainada. Continuar leyendo informe...
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