DE LA PRENSA INSOLVENTE A LA PRENSA SERIA Y ALTERNATIVA
por: Alex Albornoz M.
¿Cuáles son las funciones del periodismo? Acaso no son: informar, educar y culturizar, así como formar en los individuos una conciencia crítica con respecto a su realidad, todo ello en función de una responsabilidad social. Mientras no se aleje de ellas estará acercándose a sus primigenios estandartes. No es un poco de eso me pregunto. Cosa que sotierra gran parte de nuestra prensa tatuada empresarialmente.
Y cito; en nuestro país puede observarse en los medios masivos, llamados grandes (prensa escrita), un alejamiento entre el individuo, sus necesidades y el tratamiento de la información (tanto en los centros urbanos como en los rurales), considerándolos así como meros sujetos pasivos, que asimilan inertemente cualquier cosa que estos les brinden. Pudiendo esbozar, que estos medios, se permiten desarrollar diversas formas de manipulación mediante una agenda donde establecen, qué es importante y qué no es importante. De esa manera estos medios construyen la realidad social, a partir de la selección y combinación de hechos reales que son procesados en función de intereses que escapan de sus principales funciones. Es por ello, que en su mayoría tratan poco o a veces nada sobre el individuo y sus necesidades; menos aún sobre temas próximos a ellos y cercanos como de identificación, valores y conciencia nacional.
Así por ejemplo grupos sociales ya sean de la capital o del interior del país, pueblos jóvenes y/o áreas rurales, que poseen un bajo nivel de instrucción y que además se encuentran muchas veces en un estado de olvido por parte del estado, son sus principales receptores, ya que los serios y alternativos, no llegan por diversas razones, en su mayoría por carencia de financiamiento económico a deferencia de los grandes medios.
Medios que suelen usar expresiones que enfatizan algún aspecto de lo que globalmente constituye un fenómeno complejo (globalización) y cuyo denominador común radica, en el hecho de constituir una opción casi impositiva, frente a los discursos que propugnan sugerencias por otro modelo u otro camino. Causando en el individuo una suerte de rechazo por la complejidad que implica comprenderlos, y no facilitándole su comprensión para que este pueda elegir libremente.
Entonces, al hablar de los contados medios serios y de opciones a los medios alternativos, debemos referirnos a estos siempre a partir de una concreta situación. La interacción que juegan estos en los elementos fundamentales de los procesos sociales. Además como un fenómeno válido frente a un sólo modelo social-comunicacional de las estructuras informativo-comunicacionales de las grandes medios escritos. Siempre y cuando no se alejen de su realidad imperante, de sus funciones como forjadores de una opinión, de una opción y como integradores de los mismos.
Aunque casi extintos subsisten uno o hasta dos medios (escritos) que merecen un respeto por su consecuencia periodística. Hay que mencionar sin ser mezquinos a estos medios, como confiables y como agentes que velan por que sus contendidos sean críticos, interpretativos y analíticos. No puede ser solo consigna de la gran prensa el vender, el someterse al mercado: oferta-demanda.
Así como ahora nuestro Gonzáles Prada acentuaba: “…Desgraciadamente, nada se prostituyó más en el Perú que la palabra: ella debía unir y dividió, debía civilizar y embruteció, debía censurar y adulo. En nuestro desquiciamiento general, la pluma tiene la misma culpa que la espada. El diario carece de prestigio, no representa la fuerza inteligente de la razón, sino la embestida ciega de las malas pasiones. Desde el editorial ampuloso y kilométrico hasta la crónica insustancial y chocarrera, se oye la diatriba sórdida, la envidia solapada y algo como crujido de carne viva, despedazada por dientes de hiena". Realidad que a pesar de los años, perece increíble no ha cambiado. Nada desfasado está Prada al calificarla así.
Por ello concientes que hoy, hay en los profesionales del periodismo, una limitación de compromiso, una inconsecuencia, una indeterminación, que les impide dar el paso definitivo para forjar nuevos medios de información que sean una verdadera alternativa en la comunicación de masas. Surgen algunos medios escritos alternativos, que por lo contrario, sí, poseen determinada independencia (sin escapar claro está a su opción ideológica), pero que les permite emanciparse de un modelo impuesto y expandido por la mayoría de la prensa.
Así mismo, es claro también que ciertos perjuicios sociales sobrepuestos en el imaginario de la población, contribuyen a que su fortalecimiento y posicionamiento (de los alternativos), se vea afectado hasta el punto de borrarlos, por medio de sórdidas especulaciones. Por que ser antisistema o no seguir un lineamiento prostituido, significa para la mayor prensa rampante, ser retrógrados y desestabilizadores de los procesos de desarrollo. Yo pregunto, ¿con qué derecho arguyen eso?
Por ello, creo que es necesario que los medios alternativos y los pocos serios busquen adecuadas vías que desarrolle nuevas formas de expresión, que trasunten, respondan y creen en los grupos sociales una sólida identificación de patrones socio-culturales. Para de esa manera lograr un equilibrio en el tratamiento de la información. Sin caer, claro está, en intolerancias y rupturas sociales que fragmente y atente a la cohesión de los habitantes de un país “aparentemente” democrático. Aunque lo de democrático implique para muchos una suntuosa y única opción. Sin variedad.
Y cito; en nuestro país puede observarse en los medios masivos, llamados grandes (prensa escrita), un alejamiento entre el individuo, sus necesidades y el tratamiento de la información (tanto en los centros urbanos como en los rurales), considerándolos así como meros sujetos pasivos, que asimilan inertemente cualquier cosa que estos les brinden. Pudiendo esbozar, que estos medios, se permiten desarrollar diversas formas de manipulación mediante una agenda donde establecen, qué es importante y qué no es importante. De esa manera estos medios construyen la realidad social, a partir de la selección y combinación de hechos reales que son procesados en función de intereses que escapan de sus principales funciones. Es por ello, que en su mayoría tratan poco o a veces nada sobre el individuo y sus necesidades; menos aún sobre temas próximos a ellos y cercanos como de identificación, valores y conciencia nacional.
Así por ejemplo grupos sociales ya sean de la capital o del interior del país, pueblos jóvenes y/o áreas rurales, que poseen un bajo nivel de instrucción y que además se encuentran muchas veces en un estado de olvido por parte del estado, son sus principales receptores, ya que los serios y alternativos, no llegan por diversas razones, en su mayoría por carencia de financiamiento económico a deferencia de los grandes medios.
Medios que suelen usar expresiones que enfatizan algún aspecto de lo que globalmente constituye un fenómeno complejo (globalización) y cuyo denominador común radica, en el hecho de constituir una opción casi impositiva, frente a los discursos que propugnan sugerencias por otro modelo u otro camino. Causando en el individuo una suerte de rechazo por la complejidad que implica comprenderlos, y no facilitándole su comprensión para que este pueda elegir libremente.
Entonces, al hablar de los contados medios serios y de opciones a los medios alternativos, debemos referirnos a estos siempre a partir de una concreta situación. La interacción que juegan estos en los elementos fundamentales de los procesos sociales. Además como un fenómeno válido frente a un sólo modelo social-comunicacional de las estructuras informativo-comunicacionales de las grandes medios escritos. Siempre y cuando no se alejen de su realidad imperante, de sus funciones como forjadores de una opinión, de una opción y como integradores de los mismos.
Aunque casi extintos subsisten uno o hasta dos medios (escritos) que merecen un respeto por su consecuencia periodística. Hay que mencionar sin ser mezquinos a estos medios, como confiables y como agentes que velan por que sus contendidos sean críticos, interpretativos y analíticos. No puede ser solo consigna de la gran prensa el vender, el someterse al mercado: oferta-demanda.
Así como ahora nuestro Gonzáles Prada acentuaba: “…Desgraciadamente, nada se prostituyó más en el Perú que la palabra: ella debía unir y dividió, debía civilizar y embruteció, debía censurar y adulo. En nuestro desquiciamiento general, la pluma tiene la misma culpa que la espada. El diario carece de prestigio, no representa la fuerza inteligente de la razón, sino la embestida ciega de las malas pasiones. Desde el editorial ampuloso y kilométrico hasta la crónica insustancial y chocarrera, se oye la diatriba sórdida, la envidia solapada y algo como crujido de carne viva, despedazada por dientes de hiena". Realidad que a pesar de los años, perece increíble no ha cambiado. Nada desfasado está Prada al calificarla así.
Por ello concientes que hoy, hay en los profesionales del periodismo, una limitación de compromiso, una inconsecuencia, una indeterminación, que les impide dar el paso definitivo para forjar nuevos medios de información que sean una verdadera alternativa en la comunicación de masas. Surgen algunos medios escritos alternativos, que por lo contrario, sí, poseen determinada independencia (sin escapar claro está a su opción ideológica), pero que les permite emanciparse de un modelo impuesto y expandido por la mayoría de la prensa.
Así mismo, es claro también que ciertos perjuicios sociales sobrepuestos en el imaginario de la población, contribuyen a que su fortalecimiento y posicionamiento (de los alternativos), se vea afectado hasta el punto de borrarlos, por medio de sórdidas especulaciones. Por que ser antisistema o no seguir un lineamiento prostituido, significa para la mayor prensa rampante, ser retrógrados y desestabilizadores de los procesos de desarrollo. Yo pregunto, ¿con qué derecho arguyen eso?
Por ello, creo que es necesario que los medios alternativos y los pocos serios busquen adecuadas vías que desarrolle nuevas formas de expresión, que trasunten, respondan y creen en los grupos sociales una sólida identificación de patrones socio-culturales. Para de esa manera lograr un equilibrio en el tratamiento de la información. Sin caer, claro está, en intolerancias y rupturas sociales que fragmente y atente a la cohesión de los habitantes de un país “aparentemente” democrático. Aunque lo de democrático implique para muchos una suntuosa y única opción. Sin variedad.
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