Debates: ¿Qué pasa con la cultura de la no violencia juvenil en latinoamérica?
En la historia de Mesoamérica y América Latina hasta el siglo XXI no ha existido un día libre de dolor y sufrimiento. La colonización dejó las huellas del trauma de la dominación mediante la imposición de lenguaje, creencias religiosas, racismo, exclusión social, violencia de género y sexo; con el exterminio de comunidades y pueblos.
Estos procesos coloniales y neocoloniales se consolidaron mediante la fuerza de las armas, la ideología y la imposición del pensamiento occidental como verdad suprema: ciencia, educación, tecnologías invasivas; saqueo de los recursos.
Los de piel y cultura blancas (ellos) eran los civilizados y civilizadores, los buenos, los sabios y los poderosos; limpios e inmaculados; el símbolo del progreso; por el contrario los indios, negros, mestizos (nosotros) los piel obscuras éramos y somos (según ellos ) las culturas subalternas y por lo tanto los malos , los sucios, los atrasados, los bárbaros y salvajes que había que someter, dominar, limpiar, humillar, esclavizar y explotar mediante bajos salarios, control de la economía y crear estructuras políticas serviles a sus intereses. El desarrollo de ellos significó el subdesarrollo nuestro.
La dominación se reproduce mediante el control de la educación, la formación de intelectuales y aparatos ideológicos (centros educativos y universidades y algunas iglesias que se articulan con los aparatos represivos -fuerzas militares, policiales, cárceles y leyes punitivas-); a diferencia de sacerdotes, pastores y monjas que fueron inmolados, perseguidos y torturados por ser partidarios del “Jesús de los Pobres” y de la Teología de la Liberación: Monseñor Romero, Ellacuría, Baró, Guadalupe Carney, Celebradores de la Palabra, otros y otras líderes religiosas.
El mejor testimonio de esta violación de los derechos humanos en América Latina es la Doctrina de la Seguridad Nacional que se caracterizó por la tortura y la eliminación de los supuestos enemigos.
La dedicatoria de estas políticas en el siglo XX y XXI han estado destinadas a inventar al enemigo, al subversivo, que en este caso eran y son en su mayoría los jóvenes; por eso era preferible promover el alcoholismo, el tabaquismo y las drogas en los niños, niñas y jóvenes en la década de los años ochenta y noventa; en vez de que se contaminaran con las ideas subversivas de liberación de los pueblos tales como las ideas socialistas o la teología de la liberación.
Se prohibieron las organizaciones estudiantiles de secundaria, En Honduras hasta hubo un Decreto del Congreso Nacional de la República que consideraba esa prohibición.
Fue abolida la paridad estudiantil y el poder de los jóvenes en las universidades y se produjo la universidad pintada de silencio que imitara al modelo occidental. Se reprimió a la juventud a tal grado que la mayor parte de desaparecidos en America Latina son jóvenes. Se privatizó la educación y se crearon mecanismos elitistas y falsos exámenes de admisión para restringir el ingreso de los pobres a las universidades.
Los procesos de guerra, dominación económica, la globalización tuvieron como resultado la emigración de millones de jóvenes de América Latina hacia EUA y Europa; en esos países la emigración ha sido reprimida por políticas violentas y racistas.
La globalización del capitalismo soslaya en su discurso las estructuras de la violencia que han sido creadas y que se reflejan en la pobreza y en el entrenamiento de torturadores de escogidos militares y policías en la famosa “Escuela de las Américas” y en la manipulación ideológicas de algunos medios que han contribuido a la estigmatización de los niños, niñas y jóvenes al considerarlos como los principales responsables de las situaciones violentas y de la delincuencia. Continua leyendo el articulo...
Estos procesos coloniales y neocoloniales se consolidaron mediante la fuerza de las armas, la ideología y la imposición del pensamiento occidental como verdad suprema: ciencia, educación, tecnologías invasivas; saqueo de los recursos.
Los de piel y cultura blancas (ellos) eran los civilizados y civilizadores, los buenos, los sabios y los poderosos; limpios e inmaculados; el símbolo del progreso; por el contrario los indios, negros, mestizos (nosotros) los piel obscuras éramos y somos (según ellos ) las culturas subalternas y por lo tanto los malos , los sucios, los atrasados, los bárbaros y salvajes que había que someter, dominar, limpiar, humillar, esclavizar y explotar mediante bajos salarios, control de la economía y crear estructuras políticas serviles a sus intereses. El desarrollo de ellos significó el subdesarrollo nuestro.
La dominación se reproduce mediante el control de la educación, la formación de intelectuales y aparatos ideológicos (centros educativos y universidades y algunas iglesias que se articulan con los aparatos represivos -fuerzas militares, policiales, cárceles y leyes punitivas-); a diferencia de sacerdotes, pastores y monjas que fueron inmolados, perseguidos y torturados por ser partidarios del “Jesús de los Pobres” y de la Teología de la Liberación: Monseñor Romero, Ellacuría, Baró, Guadalupe Carney, Celebradores de la Palabra, otros y otras líderes religiosas.
El mejor testimonio de esta violación de los derechos humanos en América Latina es la Doctrina de la Seguridad Nacional que se caracterizó por la tortura y la eliminación de los supuestos enemigos.
La dedicatoria de estas políticas en el siglo XX y XXI han estado destinadas a inventar al enemigo, al subversivo, que en este caso eran y son en su mayoría los jóvenes; por eso era preferible promover el alcoholismo, el tabaquismo y las drogas en los niños, niñas y jóvenes en la década de los años ochenta y noventa; en vez de que se contaminaran con las ideas subversivas de liberación de los pueblos tales como las ideas socialistas o la teología de la liberación.
Se prohibieron las organizaciones estudiantiles de secundaria, En Honduras hasta hubo un Decreto del Congreso Nacional de la República que consideraba esa prohibición.
Fue abolida la paridad estudiantil y el poder de los jóvenes en las universidades y se produjo la universidad pintada de silencio que imitara al modelo occidental. Se reprimió a la juventud a tal grado que la mayor parte de desaparecidos en America Latina son jóvenes. Se privatizó la educación y se crearon mecanismos elitistas y falsos exámenes de admisión para restringir el ingreso de los pobres a las universidades.
Los procesos de guerra, dominación económica, la globalización tuvieron como resultado la emigración de millones de jóvenes de América Latina hacia EUA y Europa; en esos países la emigración ha sido reprimida por políticas violentas y racistas.
La globalización del capitalismo soslaya en su discurso las estructuras de la violencia que han sido creadas y que se reflejan en la pobreza y en el entrenamiento de torturadores de escogidos militares y policías en la famosa “Escuela de las Américas” y en la manipulación ideológicas de algunos medios que han contribuido a la estigmatización de los niños, niñas y jóvenes al considerarlos como los principales responsables de las situaciones violentas y de la delincuencia. Continua leyendo el articulo...
Seja o primeiro a comentar
Publicar un comentario
Tu comentario: